Escenas de maltrato animal, en este caso toros, son intercaladas con testimonios y opiniones de personajes del arte, la cultura y de asociaciones de defensa animal, en un montaje magistral y gran belleza de imagen y sonido. El equipo de Animal se ha desplazado a localidades como Coria (Cáceres), Tordesillas (Valladolid), Denia (Alicante) y otras localidades del Delta de l'Ebre (Tarragona), para mostrarnos como en algunos lugares del estado se siguen divirtiendo a costa del sufrimiento animal: toros ensogados, embolados o azuzados para caer al agua son subvencionados por los poderes públicos (con el dinero de todos) y con el beneplácito de la Iglesia.